Algunas veces, quizás no tan a menudo, algunas personas empiezan a vivir experiencias imprevistas que están fuera de su alcance. De poder cambiar, poder decidir, poder hacer. Y la sensación de estar a la deriva desafía esas habilidades para lograr los objetivos y vivir el presente de la forma y en los tiempos que deseas.
Cuando nos preguntamos sobre nuestro propósito de vida es muy práctica la metáfora de un viaje, que tiene un lugar de partida, una llegada y una serie de pasos para lograr el objetivo. Y aunque muchos piensan que esto termina ahí, siguen murmurando la pregunta por el propósito de ese viaje. Y lo que sucede es que la respuesta a ese “para qué” está ahí, ante las miradas, pero invisible a los ojos que solo viven de acumular respuestas.
A la metáfora del viaje, algunos le suman esquemas sobre lo que haces bien, lo que te gusta hacer, lo que el mundo necesita y aquello por lo que el mercado está dispuesto a pagar. Y eso está muy bien, pero hoy te invito a que subamos un nivel lógico, y que veamos el propósito de vida en 2 capas de un mismo viaje por la vida. Una capa externa que tiene que ver con lo que esperas lograr en el futuro, esa que tiene que ver con los logros materiales. La otra capa interna está relacionada a como estas viviendo el presente. Cuando prestas toda tu atención al objetivo material que proyectas en el futuro, se disparan procesos de ansiedad porque te desconectas y olvidas vivir tu presente. Te olvidas que el futuro es el ahora en acción y que se crea en el presente.
¿Y como volver a vivir intensamente el presente? Lograr un estado de atención plena en el presente es un desafío en estos tiempos, y media batalla estará ganada si conoces y te entrenas en las distintas artes, ciencias o técnicas que apuntan a estimular esa habilidad. Los coaches consideramos que todos tenemos los recursos, y que el desafío radica en acompañarte a conectar recursos a los contextos o situaciones que hasta ahora son vistos como negativos.
Y me dirás, Ramiro, ¿Cuándo viví en atención plena para tener ese recurso? ¿Acaso el universo mágicamente me da ese recurso si no lo viví?
Lo primero es invitarte a recordar tu infancia, cuando jugabas sin hacerte mayor problema por la vida. Volver a descubrir la emoción de ser bombero, policía o ladrón, doctora, artista o a jugar a la familia. En esos tiempos no simulabas “como si”, sino que estabas ahí en el personaje, viviendo en serio esos juegos, en carne y hueso, emoción y acción. Asi que el paso uno es: Deja de distraerte. Explora en vivir con ese compromiso enfocado en cada momento.
Si querés completar tu descubrimiento de tu propósito de vida aquí viene el paso dos. Te diría que te preguntes si tu estilo de vida no se parece a Mc Donalds, ¿Vivís momentos instantáneos, pasas situaciones muy rápido y preferís que todo sea poco profundo? ¿Cuál es tu atención plena con quienes te rodean? El propósito interno tiene que ver con el cómo estás haciendo lo que haces, profundizando el Ser en el ahora. El propósito externo es un juego donde algunas veces se logran objetivos en este mundo y otras veces no.
Y la pregunta sobre adónde vas en esta vida y tus propósitos te desafían. Estarás dispuesto a ganar el mundo, ¿y quizás perder tu alma?. En definitiva, algunos dicen que te seguirá importando tu triunfo o fracaso en el mundo, mientras no logres tu propósito interno.
Lic. Ramiro Barón
Ciencias de la Comunicación & Neuro Coach PNL
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Este texto es el resultado de la adaptación de mis lecturas del libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle a mis técnicas de Real Coaching.
