A nadie le gusta que lo agarren con la guardia baja, o tener que enfrentarse a una realidad que desconocen.
Los acuerdos que tenemos sobre las empresas donde trabajamos se pueden llamar “ordenes imaginados” y se apoyan en ciertas formas generales para convivir, comprender el mundo y resolver sus desafíos.
Cuando una persona está en constante formación, aumentan las posibilidades de responder rápido, adecuadamente y lograr el objetivo.
Por lo general, alguien desinformado, que no sabe que decir o cómo actuar, tendrá mayor predisposicion a encender sus alertas y generar cortisol de manera automatica. Esto incrementa las probabilidades de activar su reactividad frente a lo desconocido. Estas interpretacciones pueden aparecer como desafíos, amenazas a lo conocido y rápidamente alterar su estabilidad emocional. Habilidades como la empatía, valores como el respeto o la gratitud,son recursos claves para activar en esos momentos, y lograr un tiempo prudencial para gestionar emociones. De este modo se podrá dar una respuesta adecuada, o pedir el tiempo para informarse; pero por lo general, la gran mayoría quiere dar una respuesta en el momento.
¿Cómo lograr mis objetivos si desconozco parte de la información?
La vida moderna nos tiene en estado de alerta. Si no me lo creen vean cuanto tiempo demoran entre que reciben un mensaje y lo responden en sus teléfonos. También la búsqueda de reconocimiento se suma a la fórmula. Recuerden como se sienten al revisar en sus redes sociales y si recibieron hoy más corazones que ayer entre los que llaman amigos o “fans”.
La respuesta rápida y la búsqueda de reconocimiento reducen tu calidad de desempeño y resultado final. Afecta tus relaciones y tu autoestima, tanto en lo laboral como en el logro de ser feliz.
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